Finalizamos el taller «Valor natural de la Sagra»

/ abril 3, 2015

Esta semana acabamos nuestros talleres «Valor natural de la Sagra» en un colegio del pueblo toledano de Seseña. Siguiendo el dogma de la conservación «solo se conserva lo que se conoce y se ama», con este taller se muestra la riqueza natural y sobre todo faunística del entorno, tan cercana y lejana a la vez de nuestra sociedad.

Durante las dos últimas semanas los más pequeños de Seseña han aprendido muchos aspectos de su entorno natural que desconocían, comenzando por la estructura del paisaje y terminando con lo que más les gusta, los animales.

En las actividades se ofrecen recursos complicados de obtener por los centros escolares. En la fotografía, un alumno analiza tres plumas de aves habituales en la comarca: avutarda, cigüeña y búho real.

Los animales que habitan esta región no son leones ni jirafas, como muchos responden cuando les preguntamos. Tenemos otras joyas como la avutarda o la gineta, por desgracia desconocidas para los que serán los ciudadanos del futuro, los responsables de que la fauna de su entorno sea adecuadamente conservada.

Conocer el entorno más cercano de la escuela es uno de los objetivos curriculares más descuidados. En la fotografía, una alumna observa aves con ayuda de un telescopio terrestre. De esta forma, además se enseña una metodología habitual realizada por biólogos.

Con los talleres realizados estas semanas, más de 250 escolares de Seseña no solo conocen a las avutardas y las ginetas, sino a muchas otras especies ibéricas. Con divertidas actividades han aprendido qué amenazas sufren y qué se puede hacer para protegerlas.

Uno de los talleres más valorados por los centros es la construcción de comederos para aves a partir de la reutilización de envases. En esta actividad, se sensibiliza al alumnado sobre la gestión de residuos y la huella humana, a la vez que se lleva a cabo una actividad divertida de potenciación de biodiversidad en el centro. Además, se promueve la iniciación a la observación del comportamiento animal, ya que los comederos se llenan de comida y se cuelgan en los centros, a la vista de los alumnos.

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